“El uso del sistema NOVA no es acertado para la clasificación de alimentos”, es el título del artículo que destaca en la  revista La Alimentación Latinoamericana, medio oficial de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ciencia y Tecnología Alimentaria,  edición número 336.

Fue elaborado por las profesionales Ana María Quirós Blanco y Ana Isabel Incer González del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) y de la Escuela de Tecnología de Alimentos de la Universidad de Costa Rica.

El sistema NOVA clasifica el grado de procesamiento de los alimentos y sus implicaciones nutricionales.

Sin embargo, en este artículo se resalta que ante esa relación publicada entre el procesamiento de alimentos y su impacto en la salud, la comunidad de ciencia de alimentos a nivel mundial ha sido enfática en que no acepta la clasificación de alimentos NOVA ni el término de alimento “ultraprocesado (UP)” 

El Dr. Michael Gibney ha liderado esta posición argumentando que no existe evidencia científica creíble detrás del concepto de alimentos UP y que las afecciones médicas relacionadas con la nutrición jamás han sido asociadas con el procesamiento en la producción de alimentos, sino con la ingesta real de nutrientes. A nivel local, la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ALACCTA), a través del Ing. Jairo Romero, argumenta que la clasificación de alimentos se debe basar en sistemas tales como Lingual, FoodEx2, Infoods o los US Grade Standars, entre otros, que tienen la característica de ser sistemas de sólida base científica y amplio uso internacional. 

Este tipo de sistemas clasifican a los alimentos en 15 o más grupos y no sólo en cuatro simples grupos como lo hace NOVA (mínimamente procesado, procesado, ingrediente culinario y ultraprocesado) Además de la defensa de la relación del impacto del procesamiento sobre la calidad nutricional de los alimentos, otro aspecto debatible de la clasificación NOVA son sus definiciones contradictorias y poco específicas, las cuales requieren de ejemplos para ser explicadas.

Los alimentos son el resultado de diferentes operaciones que se aplican para que sean aptos para el consumo humano, garantizar su inocuidad y su valor nutricional. Delimitar definiciones de procesamiento a unas cuantas operaciones unitarias no refleja la realidad de la elaboración de alimentos, sea a nivel industrial o casero, por lo que emitir una clasificación basada en unas pocas operaciones unitarias sin tomar en cuenta su interrelación en la elaboración de numerosos alimentos beneficiosos para la población pone en riesgo la obtención de productos en pro de la salud nutricional de los consumidores. 

En él se menciona el artículo «Ultra-processed foods in human health: a critical appraisal» en el cual se realiza una crítica profunda y detallada a los argumentos de la clasificación NOVA. 

En resumen, se presentan tres ideas principales: 

1) No existe evidencia suficiente para considerar que los alimentos “ultraprocesados” puedan generar efecto adictivo y ni siquiera los datos de la Unión Europea y Estados Unidos pueden respaldar el hecho de que estos alimentos hayan provocado patrones de alimentación bajos en micronutrientes.

2) Con respecto al uso de NOVA como clasificación de alimentos en el desarrollo de guías alimentarias, se expone que con la definición tan amplia de alimentos «ultraprocesados» sería una tarea imposible.

3) La evidencia existente no comprueba el punto de vista de que la globalización de alimentos es el conductor del incremento de consumo de alimentos «ultraprocesados» en países subdesarrollados y que esto está dirigido principalmente por pequeñas empresas locales. 

Al final del análisis se concluye que el uso de NOVA como sistema de clasificación parece aportar pocas ventajas comparado con el sistema actual epidemiológico, el cual se basa en relacionar el consumo de nutrientes con enfermedades crónicas, con la subsecuente identificación de esos alimentos que ameriten atención en las estrategias de nutrición en salud pública.

Entre las conclusiones a las que llega el artículo está que el  desincentivar grupos de alimentos por su “procesamiento”, sin entender en forma global todo el aporte que estos tienen a la alimentación de la población, puede resultar contraproducente y afectar esfuerzos que los países han venido realizando durante años en pro de la salud pública. 

Se requiere de un análisis profundo y multidisciplinario para plantear posibles soluciones a los problemas de obesidad y las enfermedades no transmisibles asociadas, antes de desincentivar alimentos que forman parte del consumo diario de las personas.  

El artículo completo se puede acceder en el siguiente link: 

https://www.kerwa.ucr.ac.cr/bitstream/handle/10669/75584/2018.%20Quiros%20%26%20Incer.%20LAL%20336%2048-54%20El%20uso%20del%20sistema%20NOVA%20no%20es%20acertado.pdf?sequence=1&isAllowed=y