La forma en que se envasan los alimentos puede marcar una gran diferencia en el tiempo que son seguros para ser consumidos. Muchas personas están justamente preocupadas por los impactos ambientales del empaque excesivo, pero es importante recordar que un empaquetado correcto puede ayudar a que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo, reduciendo así el deterioro y las emisiones de metano asociadas que resultan del desperdicio de alimentos.
Un hecho subestimado es que el impacto ambiental de los alimentos desperdiciados es mayor que el de los residuos de envases. Por lo tanto, si bien es importante limitar este desperdicio, también lo es usar el empaque correcto para reducir el deterioro de los alimentos.
Esta información se desprende de un artículo publicado por World Resources Institute, titulado “Los beneficios globales de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos” de junio de 2023.
Debido a que la pérdida y el desperdicio de alimentos ocurren en cada etapa de la cadena de suministro, todas las partes involucradas tienen un papel vital que desempeñar para abordar este problema. Ello involucra desde los hogares hasta los gobiernos. Algunas recomendaciones específicas del artículo de World Resources Institute son las siguientes:
Minoristas: Los comerciantes pueden disminuir el desperdicio de alimentos al mejorar las prácticas de almacenamiento y manejo. Entre las estrategias recomendadas se encuentran medir las cantidades y tipos de alimentos desperdiciados para identificar los puntos críticos a reducir; capacitar al personal en la correcta manipulación de temperatura, manejo de productos y rotación de existencias; y aceptar productos que, aunque no sean perfectos en apariencia, todavía son aptos para su venta.
Productores de alimentos: Aquellos dedicados a la agricultura, ganadería y pesca pueden reducir las pérdidas al optimizar las prácticas agrícolas. Esto incluye cosechar los productos en su punto de madurez y utilizar equipos adecuados para maximizar el rendimiento y minimizar el daño a los cultivos. Además, pueden mejorar su planificación utilizando herramientas para programar la recolección, apoyándose en datos climáticos proporcionados por nuevas aplicaciones.
Procesadoras y fabricantes: Las empresas del sector pueden disminuir la pérdida y desperdicio de alimentos implementando soluciones tecnológicas en la cadena de suministro. Algunas estrategias son: mejorar la capacitación para evitar fallos técnicos y errores en el procesamiento, rediseñar los procesos de producción y los productos para reducir desperdicios, utilizar tamaños y empaques que favorezcan la reducción del desperdicio por parte de los consumidores, y estandarizar las etiquetas de fecha con frases claras como «Consumir antes de» o «Mejor si se consume antes de», para evitar confusión y asegurar que los consumidores comprendan claramente la fecha límite de uso del producto.
Gobiernos y responsables de políticas: Los gobiernos y formuladores de políticas pueden contribuir a la reducción de la pérdida y desperdicio de alimentos mediante programas educativos, políticas públicas e incentivos financieros que promuevan una producción y distribución más eficiente. Además, pueden impulsar políticas que prevengan prácticas comerciales desleales, entre otras acciones.